Biografía de San Antonio de Padua (Resumen)
Hijo de María Taveira y de Martín de Alfonso, nace en el año 1195, en Lisboa, Portugal. Al nacer sus padres lo bautizaron con el nombre de Fernando Martins, pertenecía a la orden Franciscana, fue predicador, teólogo y es venerado como santo, además, es doctor de la iglesia católica.
Poseía un nivel muy alto sobre el conocimiento escolástico, y por eso era llamado el doctor evangélico. Según la tradición tiene aproximadamente seis mil obras de su autoría.
Antonio de Padua, es entre todos los santos el segundo que recibió la canonización rápidamente, sólo por detrás de San Pedro de Verona. De forma universal se extendió su culto, volviéndose uno de los más populares santos de la iglesia católica.
Historia de San Antonio de Padua
A la edad de 15 años, se dio de alta en el monasterio de San Agustín de San Vicente de Fora, muy cerca de donde residía, el prior del monasterio fue en aquel entonces su maestro que llevaba por nombre Pedro, quien tenía un amplio conocimiento.
Su vocación no fue aceptada por familiares ni amigos que trataban por todos los medios de hacerlo desistir de sus deseos. Para evitar seguir siendo presionado a abandonar su vocación, decide entonces renunciar a su herencia de familia, y se dirige al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, en donde podía disponer de una gran biblioteca que pertenecía a ese gran centro de enseñanza religiosa.
Estando en ese monasterio, recibe la influencia de la teología, mediante maestros que habían estudiado en la misma sede, pero no fue posible continuar en ese sitio debido a que dicho monasterio resultó afectado por un enfrentamiento entre el papa Inocencio III y el rey Alfonso de Portugal, incluso el propio maestro que también era el prior del lugar fue excomulgado por apoyar al Papa.
Por el año de 1219, conoce una comunidad franciscana de Coimbra, la cual por cierto era muy pequeña, y ahí se sintió muy bien, tenían una forma de vida muy fraterna, dedicada al evangelio y también muy pobre.
En el verano de 1220, ingreso a la nueva orden franciscana, en una ceremonia presidida por el Fray Juan Parenti, en ese momento provincial de España, al tomar los hábitos de inmediato cambia su nombre por el de Antonio, en honor a San Antonio Abad, y fue básicamente el símbolo con el que daría un cambio a su vida.
Poco tiempo había pasado de su noviciado cuando es enviado a Marruecos con Fray Felipe de Castilla, pero al desembarcar contrae la malaria, la cual dejó secuelas de por vida en Antonio, y abandonó el país obligadamente.
Cuando intentaba regresar a su país, tuvo que parar en Milazzo debido a problemas con el tiempo y la embarcación, y siguió recuperándose dentro de una comunidad de franciscanos.
Al año siguiente (1221), asistió al capítulo de las esteras en donde se reunieron más de tres mil franciscanos en donde tuvo el gusto de conocer a San Francisco de Asís, y decide quedarse al servicio de Fray Gracián, quien era provincial de la Romana.
Fue el encargado de llevar la palabra en todo el norte de Italia, y así lo hizo, enseñando en muchos lugares, posteriormente fue enviado a Francia, en donde la fuerza de los albigenses era mayor que en Italia.
Combatía la herejía con la dedicación entera a llevar una vida ejemplar, platicaba con quienes no creían y daba catecismo a los cristianos para fortalecer su fe.
Al morir San Francisco, se ve obligado a viajar a Asís, custodiando Limoges, tenía que asistir al capítulo general para elegir un nuevo ministro, lo que sucedió en 1227, quedando elegido Fray Juan Parenti, quien conocía muy bien la valía de Antonio y lo nombró provincial de Romaña.
Se mantuvo por tiempos prolongados en Padua, donde creó la escuela de franciscanos y empezó a escribir algunos sermones, aumentaron las misiones de predicación y también el número de conventos, fruto de su labor.
Debido a cuestiones de salud, pidió su renuncia y el general aceptó, pero con la condición de que formara parte de una comisión que sería presentada al papa Gregorio IX en donde tenían que exponer varias situaciones de las reglas franciscanas y que tenían que ser estudiadas y aprobadas por el papa.
Antonio, predicó ante él y toda una curia romana, y fue escuchado con mucho entusiasmo por todos, entonces el papa le nombró <<Arca del Testamento>>.
De ahí, se dirigió a su último destino, Padua, en donde se entregó con gran fervor y por el cual queda su nombre asociado, ANTONIO DE PADUA.
Según las fiestas del año litúrgico, escribió un sin número de sermones a petición del cardenal Reinaldo de Segni, y en el año 1231, predicó en día de Cuaresma hasta caer en la fatiga total.
Pidió al consejo mayor de la ciudad que liberaran a los presos deudores pues no tenían para pagar sus deudas y lo consiguió, lo que dio origen al <<Estatuto de San Antonio>>.
Tiempo después viajó a Verona por petición de Esteban Badoer, quien le pidió por favor solicitara a Ezzelino IV da Romano que liberara a los nobles paduanos que estaban prisioneros, algo que en un principio parece haber no logrado, aunque se dice que después de su muerte, por fin cedió ante la petición de Antonio.
La salud de Antonio se ve dañada por el viaje, y se retira a Camposampiero para descansar y también para dar fin a los sermones que estaba escribiendo. Sin embargo, no tuvo descanso tranquilo, pues las personas que sabían donde estaba, iban hasta él para escuchar sus sermones y pedir consejo.
Entonces sufre un colapso un 13 de junio y para el próximo fin de semana pidió ser trasladado a Padua y así lo hicieron.
No tenía ni cuarenta años cuando murió, se considera un orador sagrado, fue fundador de hermandades y de cofradías, hombre de gobierno y teólogo, todos los sermones que escribió fueron publicados.
Fue a partir del siglo XV que su culto se popularizó, su beatificación sucede un año después de su muerte y lo proclamaron doctor de la iglesia en el año 1946.
Milagros de San Antonio de Padua
Quienes lo conocieron, explican que Antonio era un hombre con clara y fuerte voz, de figura imponente, que tenía una memoria prodigiosa con profundos conocimientos, con un don para ejercer milagros, poseía también el don de la bilocación.
El Pie Amputado
La historia es la siguiente, resulta que un hombre que se llamaba Leonardo, un día que estaba muy enojado fue capaz de patear a su propia madre, y después se arrepintió y acudió al consuelo de San Antonio, éste habló con el metafóricamente y le dice… <<Debería ser cortado el pie de aquel que se atreve a patear a su madre>>.
Leonardo atormentado por el remordimiento, fue a su casa y sin pensarlo se cortó de tajo el pie, cuando Antonio se entera va a la casa del joven y haciendo una oración, injertó el pie a la pierna al mismo tiempo que hacía la señal de la cruz. Fue entonces que se realiza el milagro, el pie pegó nuevamente sin problema y el hombre de inmediato se puso de pie, caminó, saltó, alabo a Dios y dio las gracias a Antonio.
El Reto del Hereje
Otro de los milagros que Antonio realizó, fue la ocasión en que discutía con un hereje sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía, Antonio recibió un reto de parte del hereje, le dijo que, le mostrara a través de un milagro que Cristo era real en la hostia sagrada, y a cambio él de inmediato se convertiría al cristianismo.
El reto consistía en lo siguiente… El hombre dejaría encerrada sin comer a su mula y unos días después la llevaría a la plaza principal en donde le pondría un forraje y en otro lado una hostia, y si la mula se inclinaba delante de la ostia, entonces sabría que Antonio tenía la razón.
Llegó el día esperado y todo estaba dispuesto, entonces tenía frente un forraje y también estaba Antonio con la hostia entre sus manos, la cual mostró a la mula y mencionó las siguientes palabras…
<<en nombre del creado, a pesar de ser yo indigno, tengo entre mis manos, te digo oh animal, que te acerques enseguida con humildad y ofrezcas la veneración debida>>, apenas terminó de mencionar estas palabras y de inmediato la mula se arrodillo bajando la cabeza ante el Sacramento de la Comunión.
Día de San Antonio de Padua
La iglesia católica celebra el día de San Antonio de Padua el día 13 de junio de cada año, según la tradición es el santo más conocido y venerado a nivel mundial.
Novena de San Antonio de Padua
La novena a San Antonio de Padua, como las que se rezan a otros Santos, tienen la intención de lograr la sanación espiritual, obtener gracias especiales, también son realizadas con el fin de transformar y crecer en virtud y santidad, no se trata de fórmulas mágicas, es más bien una forma de desarrollar firmeza.
Las novenas se rezan con el corazón tranquilo, contento, sirve para forjar buenos hábitos de oración y profunda fe, es razón de paz para el ser interior a pesar de no tener una respuesta inmediata a la petición.
Oración a San Antonio de Padua
<<Glorioso San Antonio, amigo de mi Niño Jesús, hijo de María Inmaculada, que nunca se oyó de cuantos han recurrido a ti, pidiendo tu protección, haya sido abandonado.
Animado con igual confianza, vengo a ti, consolador de los afligidos, gimiendo por el peso de mis pecados, arrodillandome a tus pies y pecador que soy me atrevo a presentarme delante de ti, no deseches pues mis peticiones, tu que eres tan poderoso y que estás cerca del corazón de Jesucristo, escucha favorablemente y dígnate en acceder a ella. Amén>>
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