¿Qué es el Purgatorio según la Iglesia Católica?
El purgatorio nos dice la iglesia católica que no se trata de un sitio en particular, es decir, no es un espacio en el universo, no es un lugar, es más bien, un estado del alma cuando un ser humano muere y está en gracia con Dios.
Estar en gracia con Dios no quiere decir para nada que una vez muramos iremos directamente a la casa del Señor, para nada, y esto es así, siempre que nuestra alma no esté plenamente purificada, entonces entra en estado Purgatorio para poder ahí purificarse totalmente y poder así disfrutar de la presencia del Todopoderoso.
Es importante comprender que hablamos de una persona que está en salvación pues vive en amor con Dios, más no en una forma plena y necesita prepararse (purificarse), solo estando limpios hemos de entrar al Reino de Dios.
¿Qué es el Purgatorio Según la Biblia?

Literalmente, la palabra purgatorio no está en la Biblia, no obstante, el concepto se muestra en diversos pasajes de la Biblia, Por ejemplo, San Pablo, cuando hace referencia al día del juicio utiliza el adjetivo fuego.
Del mismo modo el mismo Jesús, en el sermón que dio en la montaña, nos dice lo que hemos de esperar cuando muramos, en un lenguaje metafórico, empieza diciendo las bienaventuranzas y después continua con los fariseos quienes no podrán acceder al Reino de Dios y les dice:
“Ocúpate de arreglar prestamente tus asuntos con el que se queja contra ti en juicio, mientras estás con él en camino hacia allá, no sea que el querellante te entregue al juez y el juez al servidor del tribunal y seas echado en prisión. Les digo en verdad: Es seguro que no saldrás, hasta que pagues la última moneda del más mínimo valor”.
Como podemos deducir, Jesús nos dice que después del juicio existe un sitio del cual se puede salir siempre que se haya pagado hasta la moneda del más insignificante valor, si lo razonamos, nos damos cuenta que el cielo no puede ser, porque estaríamos disfrutando de la presencia del Señor y no en una especie de cárcel.
¿Infierno?, tampoco pues no habla de un sitio de condena infinita, así que, la otra opción es sin duda el purgatorio.
Así que, si bien no está el término como tal, según varios pasajes de la biblia si hacen referencia a ese concepto.
¿Existe el Purgatorio?
Por supuesto que sí existe el purgatorio, pues con todo lo que hemos venido comentando a lo largo de este artículo, nadie va al encuentro del Señor sin estar completamente puro.
Y para que podamos lograr un estado de pureza, necesitamos purificarnos, ¿y dónde más podríamos hacer esto sino es el purgatorio?
Si lo pensamos bien, no hay nadie que nos haya obligado a cometer pecados, ha sido por decisión propia, más por eso tenemos el don de libre albedrío, y cuando queremos estar en gracia con Dios, entonces tenemos que hacer todo lo posible por ganarnos el acceso al Reino de los cielos.
Por tanto, SÍ existe el purgatorio y es más significativo que un simple lugar, es el estado de purificación del alma.
El purgatorio no debe confundirse con el infierno, ya que son completamente distintos, mientras en el infierno existe el odio y una desesperación infinita, en el purgatorio, existe el amor, la esperanza y una sólida certeza de vida eterna.
Citas Bíblicas Sobre el Purgatorio
Cuando se logra una interpretación correcta de la Biblia, la iglesia católica haya un sostén sobre el purgatorio. Vamos a mostrar algunas citas bíblicas en donde se hace referencia en forma simbólica sobre la necesidad de purificarse después de la muerte, que como ya hemos venido diciendo es justamente de lo que trata el purgatorio.
Mateo 12:32
“Cualquiera que hable una palabra contra el Hijo, será perdonado, pero, cualquiera que hable contra el espíritu santo, no será perdonado, no, ni en este mundo, ni en el que viene”.
Hace suponer que existe un sitio y que el perdón de los pecados se puede dar aún después de morir. Podemos interpretarlo como si hubiera pecados que se pueden perdona y otros que no en otra vida, ahora pensemos… los pecados que se pueden perdonar en otra vida, ¿dónde es esa vida?, ¿infierno?, obviamente no, pues ahí no hay salvación, ¿Cielo?, por supuesto que no, pues nadie que esté manchado con el pecado puede llegar ahí.
Así que, por lógica debe existir un tercer sitio a donde podamos ir a purificar nuestra alma, ¿será el purgatorio?, seguramente sí.
Mateo 18:34
“Así pues, su amo lleno de enojo, le entregó a carceleros, hasta pagar todo lo que debía”.
Jesús narra la parábola de un oficial del rey el cual no quiso perdonar una deuda pequeña, incluso cuando el amo perdonó a él una deuda mucho mayor. Jesús en una forma metafórica, nos dice que no hay manera de pagar una deuda si se está encarcelado. Nos enseña entonces que debemos perdonar y hace referencia al purgatorio.
Dice 1 Corintios 15:29
“De otra forma, ¿Qué harán los bautizados con el propósito de ser difuntos?, Si los que han muerto no serán levantados de ninguna manera, ¿Por qué son bautizados ellos también con el propósito de ser contados entre ellos?”
Usa la palabra bautizo para evidenciar penitencia y sufrimiento, Pablo, habla de un hábito que se da entre cristianos, el bautismo por los muertos. Él exalta esté hábito como válido porque muestra creer totalmente en la resurrección.
Revelaciones 6:9-11
“Cuando abre el quinto sello, bajo el altar vio las almas de aquellos que habían sido decapitados por causa de la palabra y a causa de la obra de testimonio. Clamaron con voz fuerte, y decían… ¿Hasta cuándo Señor, Soberano, santo y verdadero, te niegas a juzgar vengar nuestra sangre a los que viven en la tierra?
Y se dio a cada uno de ellos una ropa blanca, y les dijo que descansaran por un tiempo más, hasta que contemplen también el número de sus oprimidos y de sus hermanos que estaban por ser muertos como ellos”.
Nos deja ver que aún las personas íntegras, necesitan purificar su alma de ciertos pecados y el que estén bajo el altar solo es señal de que aún no alcanzan un lugar en el Cielo.
¿Quiénes Van al Purgatorio?
Una muy interesante pregunta y seguramente capta tu atención, y de quien no si a todos nos interesa en definitiva ir a la presencia del Señor.
Jesús nos dice que el purgatorio es para toda persona que con falta de intención se equivoca, pero intenta por todos los medios redimirse, es decir, primero confesarse y después estar en gracia con Dios, tomando los sacramentos, siendo misericordioso, etc, todo lo que Dios desea de nosotros.
De ninguna manera se trata de quien hace más o menos pecados, el que haga menos entra y el que no, no, las cosas no son de esa manera.
Si hacemos lo propio aquí en la tierra conforme a los mandatos de Dios, estamos en camino al cielo aquí en la tierra y Dios lo tomará en cuenta, y sólo así podremos aspirar al purgatorio para ser purificados y un día estar en presencia del Señor.
Recordemos también que todos aquellos que se nos han adelantado, necesitan de nosotros, oremos por ellos para que pronto puedan ir al cielo.
Almas del Purgatorio Testimonios
Han existido personas que han llegado al purgatorio y han regresado a la tierra, y de ellas hay testimonios, conozcamos algunos de ellos…
Tomás de Cantimprato
Aunque no es una experiencia personal, Tomás dijo conocer a un hombre que era demasiado virtuoso, pero que sufría de una fuerte enfermedad, y deseaba morir, un día se le apareció un ángel quien le dijo: El Señor acepta tus ruegos, tienes que elegir, 3 días en el purgatorio para después subir al cielo o llegar al cielo sin tener que ir al purgatorio, pero deberás sufrir por un año más de esta terrible enfermedad.
El hombre, dijo que prefería tres días en el purgatorio y así fue, murió y fue ahí, no pasaba ni un día y el ángel llegó ante él nuevamente, el alma del pobre hombre lo vio y le dijo: no puedo creerlo, tú, un ángel bueno, me ha engañado, pues dijiste que estaría solo tres días aquí y ya llevo muchos años y el sufrimiento es más fuerte que la enfermedad que tenía en vida.
El ángel replicó: Te has engañado solo, porque ni un día ha pasado, ni siquiera has sido enterrado, pero si deseas sufrir esta enfermedad por un año más, el Señor te lo permitirá, saldrás de aquí y regresarás a la tierra. El hombre asintió y agregó, no solo sufriré esta enfermedad un año más, también cuanta pena, dolor, y cualquier otro mal del mundo sufriré con gusto, preferible antes de seguir padeciendo una hora más la pena del purgatorio.
Regresó a la vida, y de forma admirable sufrió la enfermedad un año más, pero con gran alegría, y en toda oportunidad decía lo que era el purgatorio.
Religioso Carmelita
Otro testimonio existente es el del fraile carmelita quien oraba descalzo y frente a él se presentó un muerto con facie triste y llamas rodeaban su cuerpo, el fraile preguntó… ¿quién eres?, ¿qué quieres?, el difunto respondió… soy pintor y he muerto hace unos días atrás y todo mi dinero lo deje para obras de caridad, el religioso preguntó…
¿Cómo es que sufres tanto, si tu vida es ejemplar?, el muerto contesta… cuando estaba frente al juez, hubo muchas almas que se levantaron en mi contra, algunas de ellas sufrían mucho en el purgatorio, otras más estaban ardiendo en el infierno, todo por una pintura impúdica que realice a petición de un hombre.
Para mi fortuna, también hubo santos que se presentaron, a quienes pinté y salieron en mi defensa diciendo que esa pintura burda la había hecho yo cuando joven, que luego llegó el arrepentimiento y había cooperado para salvar a muchas almas pintando a los santos, y además añadieron el hecho de que había donado todo lo que con el sudor de mi frente había ganado en obras de caridad.
El juez los escuchó atentamente, y ya que los santos habían intercedido por mí, recibí el perdón del sufrimiento del infierno, más la condena fue estar en el purgatorio mientras esa pintura exista.
Da pues el recado al hombre aquel, dile que eche al fuego la pintura, porque ay de él si no hace caso. Como prueba de que esto es real, dile que, en poco tiempo, dos de sus hijos van a morir. Afortunadamente el hombre creyó, y aventó al fuego la pintura burda, no pasaron dos meses cuando sus hijos murieron, y él arregló con una fuerte penitencia los daños que había ocasionado a esas almas.
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